martes, 1 de marzo de 2011

El peleador, el ganador, los spoilers, una madre y algunas lecciones de boxeo



“El ganador” la titularon para el estreno en Argentina, para que no se confunda con las dos El luchador anteriores. Su nombre original en inglés es The fighter, que no solo es el verdadero sino el que hace justicia con el protagonista de la película. En el boxeo se suele hablar de tipos que son luchadores, puede ser que no sean muy talentosos, pero que tienen un vigor y un coraje que les da un valor extra. Que le cambien el título puede quitarle algo de intriga a la película, en realidad toda, para los que buscan en el final el momento culmine de la historia. No es un luchador, es un ganador. Ya te cuentan el final. Eso sí que es un spoiler, no las estupideces reflexivas que escribo en estos post y en las que, tratar de ser claro, incluyo partes de la película.

Los dos hermanos de la película son boxeadores, aunque uno sea más un luchador, el menor, sobrio y efectivo Mark Walhberg, y el otro, Christian Bale, muestre en las repeticiones que se ven de la película con Sugar Ray Leonard y en los gestos que hace, ya ido, ya roto, ya tomado por el crack, en la calle y emulando su estilo pasado y extinto que es uno de esos tipos que en ring boxean. “Boxealo” se suele decir para pedirle a un boxeador que salga a desplegar su técnica, a mostrar el repertorio de golpes, a desenvolver en el ring todo eso que un boxeador completo internalizó en miles de horas de entrenamiento. Siguiendo al protagonista fantasma de esta historia, Sugar Ray Leonard solía boxear a sus oponentes, Mano de Piedra Duran, uno de sus adversarios más famosos era un luchador. Cuando se enfrentaron el panameño logró demostrar que en Sugar Ray había también un luchador además de un bailarín juguetón y estilista.

“Debe ser de esas típicas películas” me dijo un amigo, y creo que quiso decir que El ganador es una película sobre un tipo que al final gana. Y que porque gana todos nos emocionamos porque al fin gana uno de esos que queremos que gane. Bueno, sí, sino no le hubieran puesto El ganador, sino es probable que nunca hubiera llegado a Hollywood. De cualquier manera no es este el tema más importante de la película, la historia es real y con solo googlear el nombre del protagonista ya se puede saber el resultado de todas sus peleas. Mucho más interesante que estos resultados es la relación entre los hermanos, el fresco del Estados Unidos profundo que hace la película y esa familia, ese padre, esas hermanas, esa novia y esa madre. Especialmente esa madre. Un anuncio de la película podría decir “si la madre de El cisne negro no te dio miedo, esta lo va a lograr”. Una y otra son dos formas distintas del terror, del control, del dominio, de la manipulación. Dos caras de la misma moneda. Deberían haber ganado el Oscar ambas actrices, subir interpretando a sus personajes, e irse de la mano por la alfombra roja.

A veces me pasa que quiero ver cierta escena de una película, en general son escenas de películas viejas. Caso emblemático, la de Casablanca en que cantan La Marsellesa. No es difícil, es una escena hermosa e histórica y la película tiene casi 60 años. A muchos le debe gustar, muchos la deben haber subido. Más difícil es cuando la película es reciente. Cuando vi la película me impactó una pequeña escena, en la que la madre y el personaje de Christian Bale cantan una canción que me gusta mucho: I started a Joke. Pensé en escribir sobre esa escena, solo sobre ese momento de la película. Escribí en youtube “The fighter I started a joke” con la esperanza que algún demente haya recortado la escena. Esa persona existe, alguien que la recortó y la subió. Es de Portugal y es el único video que subió. Creo que no hay ninguna otra escena de la película subida. Esta bueno cuando estas cosas pasan, sentirse unido en la web con gente que recorta una misma escena, que siente que en ese pedacito de película hay algo especial. Que ahí pasó algo.

En el video de la versión de I started a Joke de NIN, el video por el cual conocí la canción, un hombre extraño, elegante y con cierto amaneramiento (mírenle las manos, ese baile íntimo), sube a un karaoke y canta la canción interpretada por Mike Patton. Dos mujeres se fascinan con su performance y empieza a desnudarse la vulgaridad y ordinariez de los hombres que las acompañan. Al menos esto siempre vi en el video. En la escena en que aparece esta canción en The fighter, Dicky Eklund (Bale) viene de escaparse de la casa donde fuma crack, salta por la ventana y cae sobre unas bolsas de basura. La madre lo espera al lado de la basura, sabe de dónde viene, sabe que hace ahí, pero decide una vez más ignorarlo, hacer como que no pasa nada. Casi llora, evita mirarlo, y sube a su auto. Él, como un regalo, con un gesto en la cara de niño que se portó mal, con una vergüenza que parece apenas conmoverlo comienza a cantar su canción: I started a joke. “I started a joke, wich started the whole world crying / but I didn´t see that the joke was on me / I started to cry, wich started the whole world laughing / Oh, if I´d only seen that the joke was on me (y ahora se le suma la madre) I look at the skies, running my hands over my eyes / and I fell out of bed, hurting my head from things that I´d said”. La canción es de él, la canción es de ella. Una canción de cuna, cantada en susurros, cantada para dormir esas cosas que ambos quieren dormir, para que todo parezca mentira, para que todo sea un sueño. En esa escena no solo está parte de lo mejor de la película, ese corazón que tienen las buenas películas y no destruye ningún spoiler.

Como el título ya cuenta el final de la película no revelo nada si digo que al final Micky Ward (Wahlberg) gana su pelea más importante. Más interesante es ver bien esa última escena, los que festejan, los que suben al ring, la madre y la novia y sus besos, los gestos de cada uno. Todo lo que hay en un triunfo, el esqueleto que se puede adivinar detrás de todos los golpes. Un profesor de boxeo que tuve durante un par de años me explicó en las primeras clases: “en el boxeo primero hay que aprender a pararse, después a dar unos pasos, después a caminar para atrás y para adelante, después hacia los costados, después a defenderse y recién después a tirar golpes”. Siempre pensé que así es la vida. Y que a veces, en la vida, parece que uno está arriba de un ring. Y que, como en The fighter, a veces se te suben todos arriba del ring, y ahí es donde hay que tener los ojos bien abiertos y tener resto físico para caminar, para defenderse, para tirar los golpes necesarios. Micky decide reinventarse, tenerlos a todos cerca del ring, verles las caras y desde ahí pelear. Elige ser un luchador, como su hermano eligió boxear siempre una misma pelea en el recuerdo. No es importante quien gana la pelea, Micky perdió muchas y gano otras tantas, él es un luchador, y eso tiene que ver con una elección y un camino. Una elección para la que el final es un dato menor.

1 comentario:

  1. A veces tienen que pasar muchos años para entregarme a una película. Ayer vi por primera vez "Los amantes del círculo polar", después de que alguien me la recomendara un día de tormenta furiosa en un café de la costa hace 9 años atrás. Las crónicas de tu viaje quizás tuvieron algo que ver y: enhorabuena! hoy sigo con la piba del separador de i-sat, colgada con la cabeza en Laponia.
    Desde que subieron The fighter a internet, estoy dudando si verla o no, o aun. Los spoilers, término que no uso casi nunca, son "un detalle", un buen texto sabe luchar contra ellos. Todos sabemos que Madame Bovary muere, pero hasta la última línea rogamos que eso no suceda...
    Genial, Martín.
    (La versión del tema es de faith no more)
    Un abrazo!

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