lunes, 22 de noviembre de 2010

10 reflexiones bajo una Lluvia de hamburguesas




1/ Flint, de niño, inventa los zapatos que eliminan los cordones (¿recuerdan la importancia que tiene el momento en que uno aprende a atarse los cordones?). Todos se ríen porque no puede sacárselos, nadie logra ver que inventó algo maravilloso. Lo que Flint no ve es que logró perderse la posibilidad de aprender algo muy importante.

2/ “Uno no puede escaparse de sus propios pies”. Dice Flint luego de crearse con aerosol sus zapatos eternos. Los pies que uno se construye de chico pueden acompañarnos toda la vida. Uno nunca puede borrar lo que hizo en la infancia.

3/ Ese alcalde petiso y ególatra, muestra no tanto como una persona en un lugar de poder impone políticas a su pueblo, sino como anda siempre buscando como crear aquello que el pueblo le puede festejar para construir su ascenso a la fama. Es el pueblo el que sostiene la voracidad, la berretada, el ansia y la glotonería de su alcalde. Luego el alcalde, en la cima del éxito, les devuelve la imagen perfecta de lo que ellos han creado.

4/ “Nunca des un bocado más grande que el que puedas tragar”, dicen en la película, mientras los panchos, hamburguesas, pollos y tortas que caen del cielo aumentan lluvia a lluvia de tamaño. Un waffle alcanza para tapar varias casas.

5/ En la dificultad de sostenerle la mirada al padre se ve el conflicto que está en el corazón de la historia de Flint. También en ese padre que le oculta la mirada.

6/ Un padre que le pide ayuda a su hijo en el negocio, un padre que se queda moliendo sardinas mientras su mundo desaparece, un padre que quiere que su hijo siga su camino poniendo su nombre bajo el suyo. También el padre que rescata y devuelve el delantal de científico a su hijo, y el que desciende a un mundo desconocido para ayudarlo. Esta película dice mucho sobre la relación entre un padre y su hijo. Esta película, como las buenas películas animadas, no es solo para chicos.

7/ Dos niños en la película, uno que vive de la fama ganada accidentalmente cuando era bebe (accidentalmente es literal), el otro, un nerd que busca crear un invento que le de reconocimiento entre su pueblo luego de ser humillado en la infancia. Los dos terminan peleando codo a codo, los dos tienen que dejar de ser niños.

8/ “Por qué después de decir algo inteligente te reís o te callás o cambias de tema”. Algo así le dice Flint. Hermosa y sagaz observación que desnuda el lugar en que ambos comparten una historia. Se atraen por lo que eran, pero se enamoran por lo que son.

9/ Una gran pecera redonda, de esas que uno vio en miles de películas, series y dibujitos, alberga a la sardina más grande del mundo. La sardina más grande del mundo es aún muy pequeña. Se cae, y la escena muestra a esa ola encerrada en un cuerpo de vidrio rodando por las calles del pueblo. Hermosa imagen poética, una ola encerrada que tapa la gente sin mojarla. No hace falta el 3D para disfrutar cuando una imagen es bella.

10/ Podría verse esta película como una nueva Super size me, como una crítica a la sociedad norteamericana en el imperio de la comida chatarra, de la obesidad y de la glotonería berreta. Pero no es tanto por lo que coman, sino por lo que dice el policía para defender a Flint: que todos fueron a pedirle que les envíe comida, todos fueron a buscar cumplir con sus deseos. Todos querían que del cielo caiga su plato preferido. A todos les pareció maravilloso que las cosas caigan del cielo, no solo a todos en el pueblo, sino que llegó gente de las principales ciudades del mundo. Lo tentador no es la comida, lo tentador es que del cielo vengan las respuestas a los deseos.

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