lunes, 22 de noviembre de 2010

6 reflexiones sobre los padres, Estados Unidos, los automóviles y los asesinos de JFK a partir de un mundo perfecto




1/ Kevin Costner interpreta a un preso que huye de su encierro y en el camino toma como rehén a un niño. El chico no tiene a su padre y Butch (Costner) perdió al suyo de niño. Huérfanos por distintas razones, en la ruta, solos y escapando van conociéndose, aprendiendo uno del otro, construyendo una relación ahí donde había un vacio. Es tan poderosa y auténtica la mirada del niño en busca de un padre que le hable, como la de Butch al pensar cada palabra con que le explica el mundo al chico.

2/ Una de las grandes escenas de la película, es en la que Butch le explica al preso que lo acompañó en la huida la diferencia entre “threaten y fact”. El niño sosteniendo el volante, escuchando y aprendiendo, la ruta despejada abriendo un camino, la verdad en una forma simple y directa, el poder de un golpe. Una biblioteca entera de discusiones sobre la ley, el coraje y el mundo de los hombres resumidas en menos de 2 minutos.

3/ A Red Garnett (Clint Eastwood), el sheriff que persigue a Butch le entregan un tráiler con la última tecnología en comunicación, le suman a su trabajo a una representante del gobernador y a un silencioso y amenazante miembro del FBI. En un momento cuentan que ese tráiler tiene que estar listo para el día de la visita de JFK al Estado. En toda la película se cuenta también un cambio de mando en el poder interno de Estados Unidos, de los sheriff de la vieja escuela al poder subterráneo del FBI, de la intuición con que se guía Garnett a la tecnología montada en el tráiler, de los revólveres y las navajas a los rifles automáticos. La tristeza inmensa de la mirada de Garnett al terminar la película esconde el llanto por lo que se perdió y nunca volverá a ser igual.

4/ En otra de las mejores escenas, Butch le cuenta dónde está el futuro y el pasado: uno está al frente de su auto, el otro es lo que se deja atrás. “Si querés llegar más rápido al futuro apretás el acelerador”, y “también podes parar, ese es el presente, y hay que disfrutarlo”. Un hombre que sabe explicar el mundo de esa forma es un buen padre.

5/ El duelo entre Garnett y el representante del FBI termina con el final de la película. Un tiro marca, no solo el cambio de manos en el poder, sino también en su lógica interna. La muerte a larga distancia, la irrupción silenciosa de la tecnología avanzando sobre la intimidad de las personas, la muerte de los ladrones y el ascenso de los criminales. Un poder siempre camaleónico, más efectivo y brutal, plegado a los intereses políticos y económicos y alejado de cualquier dilema ético. El FBI dispara como poco tiempo después disparará sobre el presidente del país en el que nacieron ambos.

6/ Butch elige siempre un Ford. Símbolo del progreso norteamericano, de los ideales industriales y productivos de un país, los autos de esos años son hermosos pero brilla aún más la mirada de los hombres sobre esas máquinas. No eran solo automóviles, máquinas o tecnología, era un ideal de progreso, velocidad, libertad. Rutas vacías, una tierra por redescubrir y las máquinas que daban forma al deseo. Algo de esto también se puede ver en Cars, de Pixar, y Tucker, de Coppola.

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